domingo, 25 de julio de 2010

Las Líneas de Chávez No 82. ¡Grande Bolívar!

Por Hugo Rafael Chávez Frías

I

Productivas, y por demás copiosas, fueron las actividades de esta semana que termina y harto difícil será referirme a todas con la atención debida que merecen. Haré el máximo esfuerzo de síntesis.

Bien lo decía el Padre Bolívar: “El mejor sistema de Gobierno será aquel que le proporcione a su pueblo la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad política, y la mayor suma de felicidad posible”. Seguridad social, tal es nuestro cometido, porque son sagrados mandatos que Bolívar nos legara. En tal sentido, en un acto especial este lunes 19 de julio, honramos tal compromiso entregando sus libretas a nuevos pensionados y pensionadas del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, atendiendo a lo dispuesto en el decreto 7.401. Hemos planteado la incorporación al beneficio de pensiones de todas aquellas personas que no completaron el requisito de 750 cotizaciones.



El martes 20 asistí a la graduación de la II Promoción de la Policía Nacional Bolivariana: son 1 mil 474 oficiales de policía al servicio del pueblo y cuya guía es la ética socialista. Organización para la seguridad, la lucha contra la impunidad, la prevención de las conductas desviadas y un cotidiano ejercicio fundado en la razón y el sentimiento y, por supuesto, en el respeto a la dignidad humana a la hora de usar la fuerza, son las características que, desde ya, constituyen el blindaje de nuestro novísimo cuerpo policial.

Durante la fraterna visita que nos brindara este miércoles 21 de julio el Presidente de la República Cooperativa de Guyana, ese buen amigo llamado Bharrat Jagdeo. Guyana se está integrando con nosotros al continente suramericano, y no solo ya a la fachada caribeña. Lejos debe quedar aquella visión que le tenía asignada a Guyana un rol extracontinental, extra suramericano, como si nunca hubiese estado enclavada en la espesura norte de nuestra Amazonía. Este es un compromiso que adquirimos para, precisamente, fortalecer nuestra UNASUR y alcanzar una verdadera integración regional. En este preciso sentido, pronto Guyana recibirá la secretaría pro témpore de Unasur de manos del Ecuador.



El jueves 22 recibí la grata visita de ese gran amigo nuestroamericano, el gran Diego Armando Maradona. Aquí vino con la frente en alto, como siempre, el hombre que le ha dado las más grandes satisfacciones y alegrías a su amada Argentina. Así lo reconoció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recientemente cuando la selección regresó de Sudáfrica y recibía los  ataques de la canalla mediática, apátrida en todos los sentidos. Igualmente, ha llenado de gloria a nuestro continente, haciéndolo respetar en todos los escenarios, porque Maradona es Argentina en la misma medida en que es América.

Junto a ese gran astro de nuestro fútbol, asistimos a la graduación de los 326 egresados de la Universidad Deportiva del Sur en San Carlos, Cojedes, quienes recibieron el título que los acredita como licenciados especialistas en Deporte para convertirse en luz del mundo y sal de la tierra. Luz para iluminar de conocimiento a los pueblos y sal para luchar contra la corrupción de los valores. Lo reitero: estos muchachos y muchachas, son y tienen que ser los forjadores de la nueva patria, del humanismo, de los valores del socialismo y, por supuesto, de la Revolución deportiva que está en marcha en Venezuela.



También junto a Maradona, esa mañana del jueves, quiero recordarlo, ante tantas provocaciones y tantas agresiones por parte de quien es el administrador de los intereses estadounidenses en Colombia, no nos quedó más alternativa, por dignidad, que romper totalmente las relaciones diplomáticas con su gobierno. Fue un anuncio que hice con una lágrima cruzándome en el corazón. Confío en que la Colombia bolivariana, la Colombia que piensa y ama, la Colombia profunda que encarna su pueblo, la Colombia de sus grandes intelectuales y sus verdaderos líderes políticos, haga sentir la fuerza de su voz contra quienes quieren convertirla en la plataforma de una intervención militar estadounidense en Venezuela.

Tenemos que recibir señales claras e inequívocas de que hay una voluntad política real en el nuevo gobierno de Colombia, para reemprender el camino del diálogo, sin trampas, y sin obviar que Uribe deja tierra arrasada detrás de sí y todos los puentes rotos. Esperaremos.

II

Quiero recordar contigo, compatriota que me lees, a un gran historiador colombiano, Indalecio Liévano Aguirre, cuando en su formidable obra Bolivarismo y Monroísmo expresaba: “Nunca como en la primera mitad del siglo XIX americano fue tan verdad para el liderazgo político estadounidense la máxima aquella de “divide y reinarás”. La preocupación de Estados Unidos era visible en relación a la consolidación o la constitución del cuerpo anfictiónico o Asamblea de Plenipotenciarios, y fueron giradas instrucciones a los agentes diplomáticos en Hispanoamérica para que a toda costa lo impidieran y evitaran se consumaran los ideales bolivarianos. Para su juego utilizaron la difamación política, y como víctima al hombre que impulsaba con mayor fuerza la causa unionista hispanoamericana: Simón Bolívar”.

Hoy 24 de julio al celebrar su natalicio —y conmemorando, también, la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y Día de nuestra Armada Bolivariana— no he dejado de pensar en el Padre Libertador y en esa llamarada que se ha desprendido y disparado de sus huesos gloriosos: cuántas pasiones se han desbordado en todos estos días.

Por un lado, cuánto odio y egoísmo, cuánta burla rastrera y envidia realenga en ese sector que es heredero de la oligarquía paecista y santanderista en Colombia y en Venezuela. Es como si el espíritu de Bolívar les estuviera hurgando en la llaga apátrida: los herederos de Santander, secundados por los herederos de Páez, reactivaron con mal de rabia y espumarajos en sus bocas, su contumaz antagonismo contra la anfictionía y unión americana propuesta por Bolívar; a ambos no los guía sino la difamación contra nuestro Libertador y contra todo lo que rezuma su espíritu y gloria; su solo nombre los perturba.

Pero, por otro lado, cuánto amor desatado, cuánta alegría, cuántos rostros iluminados de todas esas mujeres y niñas, hombres y muchachos, quienes al compás de las puntadas de sus corazones fueron zurciendo el pabellón patrio; el tricolor que hoy va a cubrir sus huesos como expresión de lo que él siempre quiso merecer y merece: las bendiciones de nuestro Pueblo y de todos los Pueblos que lo siguen amando.

Año 1783: “En ese año mismo el rey Carlos IV de España, unido por el pacto de familia con el soberano de Francia, obligó a Inglaterra a reconocer la independencia de las colonias de Norteamérica. Acababa de nacer el que habría de arrebatarle también las suyas”, nos dice magistralmente Felipe Larrazábal en su obra Simón Bolívar. Vida y escritos del Libertador. Y es que, sin duda, Bolívar nace dentro de un contexto histórico que dejaría una profunda impronta en él: la independencia de los Estados Unidos, la Revolución industrial, la Revolución francesa y la independencia de Haití.



Este 24 de julio le hemos entregado a Su Excelencia El Libertador en el Panteón Nacional, la bandera que, desde siempre, merecía: una bandera que es hechura popular; que ha salido de las manos mismas del Pueblo —en especial de las manos de las mujeres que lo encarnan— con el más grande amor, con la mayor devoción. Es una bandera que es expresión genuina del sentimiento colectivo, de la conciencia colectiva para la que el bolivarianismo se ha convertido en cimiento de nuestra identidad, de nuestra dignidad y de nuestra decisión de luchar hasta vencer: hasta conquistar nuestra Independencia definitiva.

Nunca, como en este 24 de julio de 2010, el Panteón se ha iluminado con tal fervor patrio y tal devoción popular. Así lo sentí con el mayor de los estremecimientos. Bolívar ha regresado definitivamente en el amor del pueblo y vive, como fuego sagrado, en él.

Quiero volver a evocar las hermosas palabras con las que el gran pensador uruguayo José  Enrique Rodó abre su ensayo sobre nuestro Padre de la Patria:
Grande en el pensamiento, grande en la acción, grande en la gloria, grande en el infortunio, grande para magnificar la parte impura que cabe en el alma de los grandes, y grande para sobrellevar, en el abandono y en la muerte, la trágica expiación de la grandeza. Muchas vidas humanas hay que componen más perfecta armonía, orden moral o estético más puro; pocas ofrecen tan constante carácter de grandeza y fuerza; pocas subyugan con tan violento imperio las simpatías de la imaginación heroica.
Sigámoslo, entonces, por el camino de la grandeza. Seamos dignos del Libertador dando nuestro mayor esfuerzo para hacernos, cada día, un pueblo grande por su heroísmo, por su sabiduría y por su amor.

¡¡Que Viva Bolívar!!

¡Patria Socialista o Muerte!

¡Venceremos!

domingo, 18 de julio de 2010

Más de tres mil viviendas son construidas por el Poder Popular

Aproximadamente 100 proyectos para la transformación integral del habitad que se traducen en la construcción, reparación o sustitución de tres mil viviendas dignas, están ejecutándose por los consejos comunales en toda la geografía del estado Táchira.

Así lo dio a conocer el Coordinador Regional del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social (MPCyPS), Juan Carlos Escalante, quien adicionalmente manifestó que “instalamos la mesa técnica de transformación integral del hábitat, trabajo articulado con los organismos dependientes del Ministerio, para bajar los recursos, atender las necesidades e integrarlos a proyectos socioproductivos... No sólo existe es la construcción de viviendas, sino de conciencias.”.

Adicionalmente indicó, que Pequiven (tuberías), Sidor (estructuras metálicas), Cementeras Nacionales, Bloqueras Comunales, Inces (Certificación ocupacional en Construcción, Jardinería, Carpintería, para el cercado de las viviendas y ornamento), Fundación Ché Guevara (Brigadas de Autoconstrucción), Unefa y otras Universidades (Inspección y Apoyo Técnico a las obras), Hidrológicas, Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleo así como el Ministerio del P.P para la Vivienda y Hábitat, son el grupo de organismos articulados para llevar con eficiencia y en tiempo récord la construcción de las viviendas.

También, cuentan con el apoyo de Banco del Pueblo Soberano, Fondo de Desarrollo Micro Financiero (Fondemi), Servicio Autónomo Fondo Nacional de los Consejos Comunales (Safonacc), Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista (Fondas), Fundacomunal, PVSA Gas, Mesas técnicas de energía y agua, el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idena), el Instituto de Servicios y Asistencia al Adulto y Adulta Mayor (Inass) así como las Misiones Negra Hipólita y José Gregorio.

“Esta política del Gobierno Bolivariano permite el trabajo mancomunado de todas estas instituciones bajo un mismo proyecto, no sólo se trata de construir una vivienda, sino de asistir las necesidades en cuanto a la salud, inserción laboral, formación, proyectos productivos, entre otros beneficios, en función de otorgar la mayor suma de felicidad posible, al Pueblo.”, acotó Escalante.

Retan al gobernador
“De esta forma desmentimos la oposición fascista, que específicamente desde la gobernación del estado, el señor Pérez Vivas y sus secuaces, dicen que el Gobierno Bolivariano, tiene descuidado al Táchira. Pero, el pueblo es consciente y sabe que esa matriz de opinión es falsa, cuando únicamente por la coordinación del Ministerio en la región andina, transfirió el recurso para la construcción de tres mil viviendas que benefician a igual número de familias. Le hacemos el reto al Gobernador, que muestre la primera vivienda realizada por este supuesto ”. Finalizó, Juan Escalante.

Las Líneas de Chávez No 81 ¡¡Que viva la Patria Niña!!

Por: Hugo Chávez Frías

I

 La clausura, en esta semana, del V Foro Internacional de Filosofía, dejó sembrada entre nosotros, de nuevo, la necesidad permanente del pensamiento crítico para entendernos en sociedad y ante la historia; para comprender las luchas actuales de los pueblos; para advertir las lecciones del pasado y para ubicarnos adecuadamente en nuestra actualidad fluida y llena de contradicciones.


La realidad histórica contemporánea amerita pensarla críticamente, si queremos asimilarla a cabalidad. 

Debemos estar atentos a sus maneras de manifestarse y, sobre todo, aguzar nuestra visión cuando, como acontece hoy, está cargada de amenazas y de peligros.

Si miramos a lo lejos, hay un conjunto de elementos que resultan altamente preocupantes: los ejercicios militares que surcoreanos y gringos realizan en las aguas del Mar Amarillo; las presiones sobre Irán por atreverse a desarrollar energía nuclear con fines pacíficos; la movilización de las armadas yanqui e israelí cerca de las costas persas; la violencia que está a la orden del día en Irak y Afganistán por su condición de países ocupados militarmente por el imperio; el bloqueo criminal a Gaza por parte de Israel con el beneplácito de Washington.

Las relaciones mundiales se tensan y está ausente una voluntad política real para resolver las crisis. El Gobierno de Obama está demostrando ser, en las palabras y en los hechos, la segunda administración Bush: sigue la misma línea belicista y la misma estrategia de dominación imperial.

Pero si acercamos la mirada a nuestra región, nuestras preocupaciones aumentan alcanzando signos de alarma. Veamos: las declaraciones, al finalizar el mes pasado, de Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para Latinoamérica, en las que asegura que “la relación más difícil” para ellos es con Venezuela; las permanentes y falaces acusaciones de organismos de la administración Obama sobre nuestros supuestos nexos con el narcotráfico internacional; la presencia sorpresiva, y sin explicaciones convincentes, de miles de marines en Costa Rica con una importante flota incluida; los recientes sobrevuelos de aviones de Holanda sobre territorio nacional; la develación de los planes de desestabilización violenta tras la captura del terrorista salvadoreño Chávez Abarca; la detención de Alejandro Peña Esclusa, personaje de amplio prontuario golpista, con material explosivo en su poder; la pretensión del Senado chileno de inmiscuirse en el proceso electoral del 26 de septiembre, en franco y abominable irrespeto al Estado Nacional Bolivariano y sus instituciones; las irresponsables declaraciones de parte del Gobierno de Colombia que, de nuevo, insiste en relacionarnos con la guerrilla, lo que me obligó a anunciar una posible ruptura de relaciones si continúa la locura que se ha apoderado de la Casa de Nariño, siguiendo el guión imperial.

¡Vaya panorama! Seríamos ingenuos si a esta suma de agresiones no le damos una lectura en conjunto. Todo está relacionado y en perfecta conjunción. Pienso que estamos delante de una reactualización de la doctrina imperial estadounidense que se enfrenta a los nuevos proyectos de soberanía que se adelantan en Nuestra América. Tal doctrina recibe el suntuoso nombre de “Dominación de espectro completo”, y la cual, en palabras del investigador mexicano Carlos Fazio, “forma parte de un vasto y larvado proceso de control de poblaciones, que se combina con la ocupación, cuadriculación y ordenamiento integral de territorios, y una refuncionalización de espacios geoestratégicos altamente rentables desde la óptica del gran capital.


Los países que hemos decidido labrar el porvenir con los pueblos como protagonistas de la historia, volvemos a estar en la mira. Y, por supuesto, Venezuela es el primero de la lista en la América del Sur.
De allí que, para nosotros, es absolutamente decisivo obtener una aplastante victoria en las elecciones legislativas del 26 de septiembre. Cuando el mismo miércoles 14 de julio asistí a la reunión de evaluación y chequeo de patrullas Bolívar 200, llamé la atención sobre la necesidad de blindar nuestra maquinaria roja de cara a una batalla que trasciende lo meramente electoral: ya se han conformado cerca del 70% de las patrullas, pero tenemos que apurar la marcha para llegar al 100% e iniciar el despliegue de nuestras fuerzas. Debemos trabajar muy duro, fusionando conciencia y organización, desechando —y esto va para con nuestros voceros y voceras— cualquier forma de triunfalismo.

Está en juego la vida de la Patria: no tenemos otra opción que vencer y vencer convincentemente.
Y no olvidemos que, hoy por hoy, nuestra Revolución encarna una viva esperanza para Nuestra América y para la humanidad entera. En un hermoso texto titulado “Un mensaje para Venezuela”, motivado por las elecciones del 26 de septiembre, dos grandes intelectuales revolucionarios, Atilio Borón y Fernando Buen Abad expresan, con lúcida convicción, este sentimiento nuestroamericano y universal: “Estas elecciones son un paso más y de todos. Estas elecciones hablarán de la alegría, franca, noble de Venezuela hoy… su condición esencial de alma revolucionaria que nos inspira e incentiva. Los votos ahora se preparan en los corazones como un frente que representa en todo el mundo a centenares de millones de hombres y mujeres que por doquier anhelan decir a cada venezolano cuánto importa que triunfe nuevamente, magníficamente, su Revolución en las urnas, en las fábricas recuperadas, en las tierras reapropiadas, en sus debates y en sus escuelas… Coro mundial de sueños venezolanos y de todos nosotros”.

Ahora bien, quiero cerrar este apartado volviendo al principio de este desarrollo reflexivo. Y lo hago inspirándome en el ejemplo de Fidel —¡cuán felices nos sentimos por su reaparición pública!— y uniéndome al espíritu y a la letra del llamado de alerta que nos viene haciendo, desde hace semanas, sobre la posibilidad cierta de una guerra atómica del imperio yanqui contra el dignísimo pueblo iraní: no vayamos a estar pendientes sólo de las elecciones y nos sorprenda un acontecimiento de grandes proporciones. Estamos ante una situación realmente preocupante y debemos tener capacidad de respuesta en cualquier terreno.

II

El jueves, en cadena nacional, pudimos ver un espectáculo inaudito: cómo opera una banda de delincuentes cuando sienten la justicia cerca. Me refiero al autodesalojo que llevaron a cabo, cumpliendo órdenes superiores, los empleados de Econoinvest: una verdadera mafia dedicada a la estafa de la manera más descarada y cibernética.

Pensábamos que habíamos visto todo, en materia de delitos, tras la intervención de casas de bolsa, corretajes, y de ciertos bancos. Pero, en realidad y en verdad, el caso de Econoinvest es verdaderamente tan insólito que merece una reflexión.

A los ricos y a la clase media, que querían proteger sus ahorros en forma de bonos, esta mafia les dejó el pelero. Su voracidad era tal, que de seguro se preguntaron qué le podemos robar a los pobres.

Como la gente humilde vive económicamente casi al día y es poco lo que puede destinar al ahorro, estos sinvergüenzas subieron a los barrios, desde sus computadoras, a robarse las identidades y así tracalear con personas verdaderas y falsos documentos, tomando por incautos a quienes desconocían hasta la existencia de esta casa de hampones.

Todo lo fraguaron con una campaña publicitaria atractiva que los vendía como empresa seria y confiable, y con unas computadoras desde las cuales urdieron toda la trama de la estafa. Esto debe encender las alarmas de nuestros organismos de inteligencia porque se trata de la salud de la economía del país. Debemos ser rigurosamente autocríticos: no podemos seguir siendo burlados por esta clase de modalidades delicuenciales.
¡¡Esta es la verdadera podredumbre: El cáncer en metástasis del capitalismo!!

III

Soy cristiano, como el que más, y creo en el mensaje liberador de Cristo: en la buena nueva de la redención de los oprimidos, de los condenados de la Tierra.

Ahora bien, cuando esta semana he pedido a nuestra Cancillería la revisión del convenio suscrito entre Venezuela y el Estado Vaticano en 1964 —negociado, por cierto, en secreto—, ello obedece a una poderosa razón: la Iglesia Católica, a través de su alta jerarquía, pretende tener privilegios supraconstitucionales, como si fuera un poder supraestatal, y desconoce abiertamente el carácter laico del Estado venezolano.


Pero no sólo eso: nadie puede colocarse fuera de la Constitución y llamar a eludir el cumplimiento de las leyes, como se hizo en el infame Exhorto dado a conocer en días pasados. Recuérdese el artículo 59 de nuestra carta magna: bien debe saber la jerarquía católica las consecuencias que se desprenden del mismo y que no discriminan al momento de sancionar o castigar.

Mal que le pese a la alta jerarquía católica, la opción mayoritaria de nuestro pueblo es por la vía venezolana hacia el socialismo. Es nuestro socialismo, Bolivariano y del siglo XXI, por vía democrática participativa y de protagonismo popular. No copiamos modelos porque nuestro desafío es, robinsonianamente hablando, inventar uno nuevo, en función de las especificidades venezolanas.

IV

Qué emocionante, emocionante hasta las lágrimas, fue contemplar el proceso de exhumación de los restos mortales de nuestro Libertador el jueves 15 de julio. En aquellos huesos gloriosos podía sentirse su viva llamarada. La llamarada que somos nosotros, porque en nosotros: ¡Bolívar vive!



Y ahora, cuando nuestro pueblo ha visto con infinito respeto el descubrimiento de aquellos restos, una inmensa llamarada de amor y de pasión Patria ha comenzado a recorrer el alma nacional, el espíritu nacional, el cuerpo nacional.

¡Pobres de aquellos que no lo sientan!
¡Vivamos intensamente nosotros, los patriotas y las patriotas, esta Era Bolivariana!
Finalmente, hoy es el día de los niños y de las niñas.

Mucho más que dedicarle estas líneas para enviarles la bendición y mis palabras llenas de amor a todos y a todas mis pequeños y pequeñas compatriotas, a mis hijos, hijas, nietos y nietas, niños de mi sangre… Mucho más que eso, les dedico mi vida, dediquémosle a ellos y a ellas nuestra vida. Digamos con Martí: “Todo lo que hacemos es para los niños”

¡Que viva la Patria niña!


 

viernes, 16 de julio de 2010

Jornada Cívico Militar en la ETRA JARVAL de San Cristóbal

En las instalaciones de la Escuela Técnica Robinsoniana “Juan Antonio Román Valecillos”(ETRA JARVAL) se estará llevando a cabo el próximo sábado 17 de Julio, a partir de las 9:00 de la mañana, una jornada cívico-militar, con el fin de involucrar en el servicio comunitario a los estudiantes de 6º año que están realizando las pasantías en las áreas de Salud, Música y Artes Gráficas, cumpliendo así con lo establecido en el artículo 13 de la Ley Orgánica de Educación, oportunidad propicia para desarrollar diversas actividades, donde se pongan en práctica los conocimientos adquiridos de manera representativa dentro del contexto social.

Manifestó Yelixa Torres, directora de la institución, que esta jornada se estará realizando gracias al apoyo del General de División Eusebio Agüero Sequera, empresas del ramo de la publicidad y comercios; se contará con la participación de los estudiantes, personal directivo, administrativo, docente, obrero, efectivos militares y representantes, ya que es una actividad que genera el beneficio mutuo al cubrir algunas necesidades de la comunidad, ofreciendo nuestro apoyo, al tiempo que los estudiantes cumplan con su compromiso social.

De igual manera, nos informó Yelixa Torres que, entre las actividades contempladas en esta oportunidad, se encuentran: la atención médica en las especialidades de odontología, oftalmología, medicina general, pediatría, vacunación e inmunización; en cuanto a la parte recreativa, se cuenta con la feria de comidas, bailo-terapia, payasitas e igualmente como actividades complementarias se estarán realizando el mercado popular y las jornadas de cedulación.

El tren directivo de la institución extiende una cordial invitación y da la bienvenida a toda la comunidad para que se haga partícipe de esta jornada que se estará llevando a cabo durante todo el día, dando así sentido al deber ser de la proyección social de nuestra escuela.

domingo, 11 de julio de 2010

A mis hermanos del Táchira

¡Salud y Paz en el Señor Jesús!

 Hace 11 años, el Santo Padre Juan Pablo II me designó Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, encargo pastoral que asumí con gozo e ilusión y con total sentido de obediencia. Si bien ello implicaba venir a una tierra desconocida por mí, no tuve ni temores ni aprehensiones para venir a ella. Mi familia y amigos más allegados quizás pudieron sentir que podría alejarme de ellos físicamente; no faltó quien pensara que se trataba de una especie de castigo. Todavía me preguntó “¿Castigo de y por qué?”

Desde los primeros momentos de mi llegada al Táchira comencé a recorrer sus caminos para conocer y encontrarme con su gente y sus comunidades. Es lo que cada pastor debe hacer si quiere ser auténtica imagen del Pastor Bueno, Jesús. Descubrí una tierra hermosa en paisajes y cultura, con una rica herencia humanística y religiosa, con un porvenir que supera las altas montañas andinas de esta tierra. Pero, sobre todo, descubrí dos grandes riquezas que he tratado desde entonces hacer crecer: la fe de su pueblo, sencilla y profunda, y el presbiterio diocesano.

Desde entonces me sentí y me sigo sintiendo comprometido con esta tierra y con su gente, los nacidos acá y los venidos de otros lares. He buscado hacerme no un tachirense más, sino ante todo un verdadero tachirense: capaz de sentir la fuerza de sus montañas, ríos y llanuras, dispuesto a asumir la cultura del hombre y de la mujer tachirenses, decidido a arriesgar y entregar mi vida para la construcción del Reino de Dios en cada uno de los rincones de la geografía regional.

Soy consciente de mis deficiencias y de mis fallas; como también de las capacidades que Dios me ha dado, las cuales trato de poner al servicio de todos como pastor de la Iglesia. Mi gran amor y pasión ha sido la Iglesia: esto me ha llevado a fortalecer la unidad de la misma, la comunión con los sacerdotes y la promoción del laicado. Hago mías las ilusiones y esperanzas, las angustias y los dolores de todos. Aunque sé que no he estado a plena altura del compromiso, sí quiero reafirmar que estoy decidido a seguir dando lo mejor de mí en beneficio de nuestra Iglesia y de nuestro pueblo del Táchira.

Entiendo que hay quienes no comparten muchas de mis ideas, propuestas y estilo pastoral. Aunque haya podido recibir incomprensiones, críticas y hasta acusaciones calumniosas, puedo garantizar que no guardo rencor hacia nadie, ni siento que tenga enemigo alguno. Toda mi vida he tratado de ser un hombre de diálogo y de esperanza, alfarero de encuentros, mediación y reconciliación. Estoy dispuesto a seguir haciéndolo, porque creo que es el mejor método para que un pastor sea constructor de la unidad. Eso no significa claudicar ni renunciar a la verdad ni dejar de tener la libertad de los hijos de Dios.

En comunión con mis hermanos sacerdotes, nos hemos propuesto el objetivo de fortalecer la Iglesia local de San Cristóbal, para que continúe siendo fiel a su misión evangelizadora y servidora de la gente, en particular de los pobres y excluidos de la sociedad; así, animada por el Espíritu Santo, entonces ella seguirá teniendo sabor a pueblo.

Lo antes dicho quiere ser el marco de referencia y la garantía para reiterar que, además de estar contento por ser pastor del Táchira, no me siento ni exiliado ni castigado. Todo lo contrario: sumamente agradecido a Dios por el don de haberme elegido para guiar la Iglesia local de San Cristóbal. Nunca me he arrepentido de estar trabajando sacerdotalmente en el Táchira que he hecho mi tierra, donde espero seguir trabajando hasta cuando Dios me lo permita. Así como Pablo invitó en su época a hacerse judío con los judíos y griego con los griegos, con mi fe, herencia hermosa recibida de mis padres, quiero seguir siendo tachirense con los tachirenses, en afectiva comunión con todos los hombres y mujeres de Venezuela, así como con todos los Obispos y Sacerdotes de Venezuela

A todos los habitantes del Táchira, cualquiera que sea su condición, a los dirigentes y actores políticos de todas las tendencias, a los jóvenes, adolescentes y niños, a los ancianos, a los pobres, excluidos y desplazados, de verdad a todos sin excepción de ningún tipo, reitero mi disposición de seguir siendo “servidor y testigo” de Jesucristo para ustedes. Les invito a que, en unión de esfuerzos, continuemos demostrando que el Táchira es una tierra de promisión y de futuro, donde nace la gran Venezuela.

A María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación, y al Santo Cristo de La Grita encomiendo nuestro ser y quehacer en esta tierra tachirense e Iglesia local de San Cristóbal.

Con mi cariñosa bendición,

            + MARIO DEL VALLE, OBISPO DE SAN CRISTOBAL.

Las Líneas de Chávez No 80 ¡¡Ay, Cardenal…!!

Por: Hugo Chávez

I

Al culminar esta semana de ascensos militares y de graduación conjunta y pase a retiro, necesario es que reflexionemos sobre la Revolución militar que está en marcha en Venezuela. Y digo en marcha porque éste es un proceso que no ha terminado y que debe continuar radicalizándose, profundizándose permanentemente.

Las y los militares venezolanos estamos reencarnando colectivamente el espíritu de Bolívar y demostrando que somos dignos herederos y herederas y legítimos continuadores y continuadoras de su obra. Estamos asumiendo plenamente nuestra esencia bolivariana: ser pueblo en armas. Y quien dice ser, dice sentir, pensar y hacer.

Me parece pertinente recordar, en este contexto, unas palabras del General de la Dignidad, Omar Torrijos dirigidas a los militares de su Patria, recogidas por el gran escritor panameño José de Jesús Martínez –quien fuera uno de sus colaboradores más cercanos- en su extraordinario libro Mi general Torrijos (1987):

“El rango se da por decreto. La jerarquía se conquista con actos ejemplares. Tiene rango quien dice `Vayan´. Tiene jerarquía quien dice `Síganme´. La razón tiene rango. La necesidad tiene jerarquía. Los estudiantes, los obreros, los campesinos, los niños…, son las jerarquías a cuyas órdenes ustedes deben ponerse”.

Torrijos nos señala el camino del verdadero liderazgo militar en tiempos de Revolución. Toca, entonces, a todos los cuadros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, conquistar la jerarquía, cada día, con actos ejemplares. Hacer valer el compromiso que se encarna en cuatro palabras que son mucho más que una consigna, un lema o una divisa: ¡Patria socialista o muerte!

Bolívar, no lo olvidemos, siempre tuvo clara la diferencia entre rango y jerarquía: “Yo desprecié los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso: derramar mi sangre por la libertad de mi patria”. Grábense a fuego estas palabras en el alma, en especial, los nuevos cuadros de la Fuerza Armada.

En otro orden de ideas, considero que es de la mayor importancia seguir rompiendo con los anacrónicos paradigmas impuestos por la IV República. Un ejemplo elocuente de esta ruptura lo tuvimos esta semana: el ascenso al grado de Vicealmirantas de Carmen Meléndez de Maniglia y de Silvia de Semeco. Junta a ellas, la Aviación Militar Bolivariana cuenta con dos nuevas Generalas de Brigada y la Armada Bolivariana con tres nuevas Contraalmirantas.

¡Vamos, mujeres, que son ustedes la continuación de  la Generala Manuela Saenz, de las combatientes Juana Ramírez, Josefa Camejo, Ana María Campos…!

El jueves 8 de julio en un imponente acto celebrado en el Patio de Honor de nuestra bicentenaria Academia Militar de Venezuela, comenzó la carrera militar de una nueva generación de hijos e hijas de nuestra Revolución Bolivariana.

582 nuevos oficiales de los diferentes componentes de la Fuerza Armada Bolivariana, recibieron el sable que los compromete con el supremo mandato bolivariano: defender activamente las garantías sociales y ser garantes de los derechos que el pueblo venezolano ha ido conquistando en su marcha hacia el socialismo.

II

En De militares para militares –libro publicado clandestinamente en la década del 60 y reeditado en el 2006 por el Fondo Editorial El Perro y La Rana- Manuel Asuaje Ortega, Américo Serritiello, Antonio Piccardo y Pausides González, los oficiales patriotas y revolucionarios autores de esta obra, nos dicen: “Lo que siempre hemos apuntado es que el militar no debe desconocer la política. Estamos hoy al borde de la destrucción por carecer de jefes que sepan defender la doctrina y las tesis de la Institución Armada como pueblo en armas.” Y remachaban: “Seríamos ciegos si no comprendiéramos que desde el 23 de enero para acá, el destino de las Fuerzas Armadas se está dirimiendo, no en los cuarteles sino en el campo de la política”.

Si en los años 60 del siglo pasado, desconocer la política era simple mengua, para decirlo con Bolívar, hoy, en tiempos de Revolución, sería una insostenible e imperdonable traición al pueblo.





Un oficial sin conciencia política, sin conciencia revolucionaria y patriótica, es una suerte de autómata que no estaría en condiciones de defender integralmente nuestra soberanía.

 

 

III

Las más recientes declaraciones del Cardenal Urosa Savino nos obligan a realizar algunas reflexiones que consideramos pertinentes con el afán de ir colocando cada asunto en su santo lugar.

Habría que hacer verdaderas peripecias doctrinales y teológicas para restarle a la figura histórica del Cristo redentor, su profundo sentido social, su opción preferencial por los pobres de la tierra, su amor desenfrenado por una humanidad fraguada en la hermandad y la justicia.

No seamos tan inocentes: la jerarquía Católica, como institución, ha jugado un papel esencialmente político, tratando de mantener, a lo largo de la historia, el estatus de dominación, incluso con la más criminal violencia. ¿O es que ya se olvidó, Cardenal, de los atropellos de la religión del Imperio cuando dejaron de existir las primeras comunidades cristianas? ¿O es que ya no recordamos el matrimonio de la espada y la cruz con la llegada de los genocidas europeos a tierras americanas o los cariños de la Santa Inquisición para con aquellos que no profesaban su fe?

Por otro lado, la consideración del ejercicio religioso desde el catolicismo se ha prestado y se presta a polémicas concepciones y a través de ellas fijamos el concepto de hombre en que creemos y la sociedad que anhelamos. Y es saludable que así sea, de lo contrario debemos seguir considerando que la interpretación de las escrituras sólo descansa en las máximas autoridades de la Iglesia, asunto nefasto para la propia vitalidad de la creencia.

IV

Detengámonos en dos concepciones contemporáneas en la historia de la fe: el Opus Dei y la Teología de la Liberación. ¡Vaya diferencia! La primera representa la doctrina de la opresión y de los intereses más deleznables, con la justificación de las desigualdades como principio divino; la otra la libertad y la justicia de los olvidados que tienen el sagrado derecho de existir en un mundo más humano.

Si esa es la balanza ante la que estamos, Cardenal Urosa, nosotros no dudamos por la segunda: la que más fielmente refleja el Sermón de la Montaña; la que nos hace herederos del Cristo liberador e hijo del amor. Cristo para nosotros tiene rostro de gente pobre y desamparada, jamás de explotadores y criminales. He allí la diferencia de principios partiendo del mismo Jesucristo.

En otro sentido, Cardenal, le ruego que no juegue a atrapar incautos con sus interesadas interpretaciones acerca de mi persona y del proceso bolivariano. Aquí avanzamos hacia una democratización plena que bien hemos llamado socialismo bolivariano, cuyo sentido primordial es darle poder al pueblo para que ejerza soberanamente su destino. Para nosotros, el marxismo es una herramienta que nos ayuda a interpretar al hombre, la sociedad y la historia, no un dogma, ni una cartilla.

Me reconozco como un hombre de fe e infinitamente he dicho que tengo al mismo Dios que ustedes tienen, como figura ejemplar de los más elevados valores de justicia, libertad e igualdad, tres pilares esenciales de la fraternidad ejercida más que vociferada.

La vida me ha enseñado que la amplitud de criterios es fuente sana de conocimiento y de ejercicio vital. Así, Cardenal, soy con mucho orgullo, Bolivariano, Cristiano…y también marxista. Si usted ve allí contradicción, poco puedo hacer para que lo entienda, en mí esas concepciones de vida conviven en una estrecha hermandad.

Cumpla con su papel, Cardenal, que yo sabré cumplir ante el pueblo con el mío, pero deje por el amor de Dios, de seguir utilizando la mentira para pescar incautos.

Decir que copiamos modelos foráneos y nos guían ideologías extrañas que chocan con la legalidad que nuestro Pueblo se ha dado, no deja de ser un crimen en quienes creyéndose dueños de la fe de los venezolanos y venezolanas, pretenden manipularla.

El Cardenal Urosa Savino debería  demostrar, ante un tribunal, la inconstitucionalidad de la que, según él, son fiel expresión todas las nuevas leyes que nos hemos dado últimamente, así como las acciones de nuestro gobierno.

Invito a todos los venezolanos y venezolanas a revisar las hemerotecas y leer las declaraciones que Urosa dio a la prensa el 12 de abril de 2002. El hoy Cardenal Jorge Urosa Savino “expresó satisfacción por la culminación del gobierno de Hugo Chávez Frías, el cual calificó de verdadera pesadilla para Venezuela”, según las declaraciones publicada en el diario carabobeño Notitarde en su edición del 13 de abril. “Todos esos fascinerosos, sus jefes y el mismo Chávez, deben ser juzgados y sancionados, porque tienen las manos manchadas de sangre y eso; no puede quedar impune”, expresó también en aquella ocasión el prelado. ¿Quién es el que está, entonces, fuera de la Constitución desde hace rato?

Va contra nuestra Constitución Urosa y la Conferencia Episcopal Venezolana cuando desconociendo el carácter laico de nuestro Estado, pretenden por igual erigirse en un poder estatal, dirigiéndose a nuestro gobierno e instituciones bajo la figura del “Exhorto” que encabeza sus comunicados y pastorales, bajo un chantaje que solo raya en la prepotencia y el desprecio que la alta jerarquía católica siempre ha manifestado contra nuestro Pueblo.

Ahora mismo recuerdo una frase que me salío del alma aquel atardecer del 13 de abril de 2002, cuando otro Cardenal, Ignacio Velasco, llevó a mi cuarto de prisionero en la Isla de la Orchila, a pedirme que “en el nombre de Dios”, firmara la renuncia a la Presidencia, porque según él, “ya todo estaba consumado”.

Estaba tranquilo el pedazo de mar que se abre más allá, hacia el gran caribe, pero yo olía la tormenta que ya se había desatado en tierra firme.

El pueblo estaba combatiendo en las calles, los militares patriotas se unían al pueblo, la dictadura perseguía y asesinaba, Venezuela estaba verdaderamente al borde de una guerra civil, y aquel Cardenal mentía a conciencia, diciéndome que todo estaba en calma, que el pueblo estaba tranquilo, que yo debería hacer “un último gesto” firmando la renuncia, que “ya todo estaba consumado” y que “Dios me bañaría de bendiciones”.

Fue entonces cuando le dije: “ay Cardenal, si Cristo te viera”.

Hoy vuelvo a decirlo: “Ay Cardenales…” bueno, ahora me atrevo también a pedir que Dios les perdone.

V

También esta semana nos acompañó el presidente Rafael Correa, en ocasión de nuestro VIII Encuentro Presidencial; realizamos la primera transacción bilateral para poner en vigencia el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre). La Corporación CASA fue la primera empresa beneficiada en la operación bilateral, con la venta de cinco mil 430 toneladas métricas de arroz de Ecuador a Venezuela. El exportador fue el Banco Nacional de Fomento, ente que recibió por la transacción un millón 894 mil 15 sucres.

Igualmente, pasamos revista al avance de los proyectos y convenios suscritos entre Ecuador y Venezuela en materia de seguridad social, intercambio cultural, entre otros; e impulsar las negociaciones en torno a los seis ejes de la relación bilateral: soberanía social, del conocimiento, de seguridad y defensa, energético, productivo, financiero y comercial.

¡Es la Alianza Bolivariana que avanza, a paso de vencedores!

¡Patria, socialista o muerte. Venceremos!